15 Pueblos Bonitos cerca de Dénia y sus alrededores
Dénia, un encantador puerto mediterráneo en la Costa Blanca, es conocido por su mezcla de historia, playas doradas y ambiente vibrante que atrae tanto a locales como a viajeros. Sin embargo, su encanto no termina en los límites de la ciudad; rodeando a Dénia se extiende una serie de pueblos pintorescos que reflejan lo mejor de la cultura valenciana. Estos destinos ofrecen un viaje en el tiempo con sus calles empedradas, casas tradicionales y vistas espectaculares del litoral y las montañas.
Cada pueblo cercano a Dénia tiene una personalidad única. Desde la histórica Xàbia, famosa por sus calas y arquitectura, hasta la tranquila Alcalalí, rodeada de almendros en flor y con impresionantes rutas de senderismo, los alrededores de Dénia se convierten en el escenario perfecto para quienes desean conocer una Valencia auténtica y llena de vida. En este artículo, te llevaremos a través de quince pueblos bonitos, cada uno con su propio carácter, que no te puedes perder en una escapada desde Dénia.

1. Xàbia
Xàbia, también conocida como Jávea, es un destino imprescindible para quienes buscan disfrutar de la combinación de historia y naturaleza. Este encantador pueblo destaca por su casco antiguo, lleno de calles estrechas y edificios de arquitectura gótica, construidos en piedra tosca típica de la región. La Iglesia de San Bartolomé es uno de sus monumentos más notables y una parada esencial para quienes desean conocer el patrimonio de Xàbia. Además de su riqueza arquitectónica, Xàbia es famosa por sus impresionantes calas y playas de aguas cristalinas, como la Cala Granadella y la Cala Portitxol, donde el azul del mar se fusiona con el verde de la vegetación, creando paisajes que enamoran a cualquiera. Los senderos que rodean estas playas ofrecen vistas espectaculares y son perfectos para los amantes del senderismo y la fotografía.
2. Moraira
A solo unos pasos de Dénia se encuentra Moraira, un pintoresco pueblo pesquero que ha sabido mantener su esencia tradicional a pesar del turismo. Su casco urbano es un laberinto de calles tranquilas y casas blancas adornadas con flores, donde destaca el Castillo de Moraira, una fortaleza del siglo XVIII situada junto al mar. Esta construcción, además de su interés histórico, ofrece hermosas vistas de la costa y de las playas cercanas, como El Portet y L’Ampolla, ideales para relajarse y disfrutar del sol mediterráneo. Moraira también es conocida por su gastronomía, especialmente por sus mariscos frescos y paellas, que se pueden degustar en los restaurantes que bordean el puerto. Sin duda, es un destino perfecto para quienes buscan paz y belleza en un entorno auténtico.
3. Alcalalí
Enclavado en el Valle de Jalón, Alcalalí es un pequeño y encantador pueblo conocido por sus paisajes de almendros en flor, que tiñen de blanco y rosa los campos durante la primavera. Este tranquilo lugar es ideal para quienes desean escapar del bullicio y disfrutar de la naturaleza en estado puro. La Torre Medieval, una antigua fortificación, es uno de los principales atractivos de Alcalalí y ofrece una vista panorámica del valle y las montañas circundantes. Además, el entorno de Alcalalí es perfecto para realizar rutas de senderismo, y sus caminos permiten descubrir la flora y fauna de la región. Este pueblo también destaca por sus tradiciones, como las fiestas dedicadas a la floración del almendro, que llenan de vida sus calles con actividades culturales y gastronómicas.
4. Altea
Altea es sin duda uno de los pueblos más hermosos de la Costa Blanca y una parada esencial para quienes buscan un lugar lleno de encanto mediterráneo. Su casco antiguo, ubicado en una colina, es famoso por sus estrechas calles empedradas y sus casas blancas, adornadas con flores y azulejos de colores. En el punto más alto de Altea se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, con su cúpula azul que se ha convertido en un emblema del pueblo. Desde esta iglesia, las vistas al mar y a las montañas son simplemente impresionantes. Además, Altea es conocida por su ambiente artístico, con numerosas galerías y tiendas de artesanía que dan un toque bohemio al paseo. Las playas de Altea son tranquilas y de aguas cristalinas, ideales para relajarse y disfrutar del paisaje.
5. Guadalest
Guadalest es un pintoresco pueblo de montaña con un encanto singular que atrae a numerosos visitantes cada año. Este pequeño pueblo está situado en lo alto de un peñón y destaca por su impresionante castillo, conocido como el Castillo de San José, construido por los musulmanes en el siglo XI. Al recorrer sus calles empinadas y estrechas, se puede sentir la historia en cada rincón, desde los antiguos muros hasta las casas excavadas en la roca. Además del castillo, Guadalest cuenta con varios museos curiosos, como el Museo de Miniaturas y el Museo Etnológico, que muestran la cultura y tradiciones de la región. Las vistas desde Guadalest hacia el embalse y las montañas son espectaculares, convirtiéndolo en un destino perfecto para quienes buscan una combinación de historia y naturaleza.
6. Benissa
Con un rico patrimonio histórico y un entorno natural envidiable, Benissa es otro de los pueblos bonitos que merece ser explorado. Su centro histórico está muy bien conservado y permite a los visitantes pasear por calles que parecen detener el tiempo, con edificios de piedra y balcones de hierro forjado. Entre sus lugares de interés destaca la Iglesia de la Puríssima Xiqueta, una construcción de estilo neogótico conocida como la “catedral de la Marina”. Además de su arquitectura, Benissa es famosa por sus calas y playas, como la Cala Baladrar y la Cala La Fustera, donde el mar y los acantilados se combinan para crear paisajes únicos. Este pueblo también ofrece rutas de senderismo y cicloturismo que recorren los alrededores, permitiendo descubrir la belleza natural de la comarca.
7. Teulada
Teulada, un pintoresco pueblo en el corazón de la Marina Alta, es famoso por su tranquilidad y su riqueza arquitectónica. Su casco antiguo es una joya bien conservada, con edificios históricos como la Iglesia de Santa Catalina Mártir, una iglesia fortificada del siglo XVI que destaca por su estilo gótico valenciano. Paseando por las calles de Teulada, los visitantes pueden admirar las casas de piedra con portales arqueados y balcones de hierro, que evocan épocas pasadas. Además, Teulada es conocida por su vínculo con la agricultura, en especial por sus viñedos y la producción de moscatel, un vino dulce típico de la región. Este pueblo es ideal para quienes desean desconectar y disfrutar de un ambiente rural rodeado de naturaleza.
8. Jalón
En pleno Valle de Jalón se encuentra el encantador pueblo de Jalón, famoso por sus vinos y su animado mercado de antigüedades. Este pueblo es un referente en la zona para quienes buscan una experiencia de enoturismo. En Jalón se pueden visitar bodegas familiares y degustar los vinos locales, entre los que destaca el moscatel. El mercado de los sábados es una de sus mayores atracciones, donde se pueden encontrar desde piezas antiguas hasta productos de la huerta local. Además, Jalón ofrece rutas de senderismo que permiten disfrutar del entorno natural y de los almendros que florecen en primavera, creando un paisaje inolvidable. Su ambiente acogedor y su rica tradición vinícola hacen de Jalón un destino perfecto para una escapada rural.
9. Polop
Polop es un pequeño pueblo con un encanto singular, famoso por su disposición escalonada que lo hace parecer un mirador natural hacia el valle. Uno de los puntos más destacados de Polop es la Fuente de los Chorros, con más de 200 caños que emanan agua fresca y han sido durante siglos un lugar de encuentro para sus habitantes. Pasear por las calles de Polop es sumergirse en su historia, especialmente al acercarse al Castillo de Polop, situado en la parte más alta del pueblo y que ofrece unas vistas impresionantes del paisaje circundante. Este castillo, aunque en ruinas, permite imaginar la importancia defensiva que tuvo en tiempos pasados. Polop es un destino perfecto para quienes buscan tranquilidad y desean explorar un rincón auténtico de la Comunidad Valenciana.
10. Llíber
Llíber es un encantador y tranquilo pueblo del Valle de Pop, rodeado de viñedos y almendros que florecen en primavera, llenando el paisaje de colores. Con sus estrechas calles empedradas y casas de piedra, Llíber conserva un ambiente rural y acogedor. Uno de los puntos más interesantes del pueblo es su Iglesia de San Cosme y San Damián, que data del siglo XIX y se erige en el corazón del casco antiguo. Este destino es ideal para quienes desean disfrutar de la calma y la belleza del valle, además de tener la oportunidad de explorar las numerosas rutas de senderismo que atraviesan el entorno natural. Llíber también celebra cada año festividades tradicionales que atraen a quienes buscan una experiencia auténtica de la Marina Alta.
11. Pego
Situado entre montañas y campos de arroz, Pego es un pueblo conocido por su diversidad paisajística y su rica tradición agrícola. Uno de los mayores atractivos de Pego es el Parque Natural de la Marjal de Pego-Oliva, una zona húmeda de gran valor ecológico que alberga una amplia variedad de aves y plantas acuáticas. Pasear por el parque es una experiencia única para los amantes de la naturaleza, con senderos que permiten descubrir la fauna y flora locales. Además, el casco antiguo de Pego conserva un interesante patrimonio, como la Iglesia de la Asunción y el Castillo de Ambra, que ofrece vistas panorámicas de los alrededores. Pego es un lugar perfecto para combinar actividades al aire libre con la tranquilidad de un entorno rural.
12. Gata de Gorgos
Gata de Gorgos es un pueblo artesanal conocido por su producción de artículos de mimbre, esparto y cerámica, una tradición que se ha mantenido viva durante generaciones. Al recorrer sus calles, los visitantes pueden encontrar talleres y tiendas que venden productos hechos a mano, lo que convierte a Gata de Gorgos en un destino único para quienes aprecian la artesanía local. La Iglesia de San Miguel Arcángel es uno de los edificios más destacados del pueblo, con su estructura sencilla pero llena de historia. Además, Gata de Gorgos cuenta con rutas de senderismo que llevan a la montaña, permitiendo disfrutar de vistas impresionantes del valle y del mar. Este pueblo es ideal para quienes desean explorar la cultura y tradición valenciana en un entorno auténtico.
13. Calpe
Calpe es uno de los pueblos costeros más emblemáticos de la Costa Blanca gracias a su imponente Peñón de Ifach, un gigantesco macizo rocoso que se alza frente al mar y es visible desde kilómetros de distancia. Este parque natural es ideal para quienes disfrutan del senderismo, ya que cuenta con rutas que llevan hasta la cima, desde donde se puede admirar una vista panorámica del mar y los alrededores. Además del Peñón de Ifach, Calpe cuenta con un encantador casco antiguo, donde destacan la Iglesia Vieja y los murales coloridos que decoran algunas de sus calles. Las playas de Calpe, como Playa de la Fossa y Arenal-Bol, son de arena fina y aguas cristalinas, perfectas para disfrutar de un día de sol y mar en un ambiente relajado.
14. Villajoyosa
Villajoyosa, conocida como “La Vila”, es famosa por sus casas de colores que bordean la costa, un espectáculo visual que le ha dado gran popularidad. Pasear por el casco antiguo de Villajoyosa es una experiencia única, con sus fachadas coloridas que dan vida y alegría al entorno. Además de su peculiar arquitectura, Villajoyosa cuenta con una importante tradición chocolatera; una visita a la Fábrica de Chocolate Valor es prácticamente obligatoria para los amantes del dulce, donde pueden descubrir la historia del chocolate en la región y probar algunos productos artesanales. Las playas de Villajoyosa también son muy valoradas por su tranquilidad y belleza, ideales para quienes buscan un ambiente relajado junto al mar.
15. Ondara
Ondara es un pequeño pueblo conocido por su arquitectura de estilo modernista y su cercanía con Dénia. Entre sus edificios más destacados se encuentra la Plaza de Toros de Ondara, una construcción histórica y singular que combina el estilo modernista con la tradición taurina valenciana. Ondara también cuenta con un Centro Comercial Portal de la Marina, lo que lo convierte en un lugar atractivo para quienes desean combinar un día de compras con la visita a un entorno tradicional. Además, el pueblo celebra varias festividades a lo largo del año, como las fiestas patronales y la Feria de Octubre, que llenan de vida sus calles. Ondara es un destino interesante para quienes buscan un lugar tranquilo con toques de modernidad y tradición.
Descubre los Encantadores Pueblos Cerca de Dénia
Explorar los alrededores de Dénia es sumergirse en la esencia de la Comunidad Valenciana, una región donde la historia, la naturaleza y la cultura local se entrelazan para ofrecer experiencias únicas. Desde la vibrante costa de Altea y Calpe, hasta los tranquilos y tradicionales pueblos de montaña como Tàrbena y Guadalest, cada uno de estos destinos brinda una perspectiva especial de la vida mediterránea. La diversidad de paisajes y actividades asegura que, ya sea que busques playas de aguas cristalinas, rutas de senderismo en parajes naturales o el encanto de calles empedradas llenas de historia, encontrarás algo que se adapte a tus gustos.
Además de su belleza natural y patrimonial, estos pueblos ofrecen una rica gastronomía y una gran variedad de tradiciones que los visitantes pueden descubrir. Las festividades, los mercados de productos locales y las pequeñas tiendas de artesanía enriquecen el recorrido, permitiendo llevarse un pedacito de la Valencia más auténtica como recuerdo. Así, los pueblos cerca de Dénia se convierten en el complemento perfecto para una escapada completa, donde cada visita invita a conocer y a disfrutar de una nueva faceta de esta maravillosa región.
Ubicación Pueblos cerca de Dénia
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