Que ver en Noia y sus Alrededores
Noia, una joya situada en la ría de Muros e Noia, es un destino que combina a la perfección la riqueza histórica de sus monumentos, el encanto de sus paisajes naturales y la autenticidad de la vida marinera gallega. Este pequeño pero fascinante enclave de la provincia de A Coruña guarda secretos que van desde impresionantes iglesias medievales, antiguos puentes y castros celtas, hasta parajes naturales llenos de tranquilidad y belleza. Su ubicación estratégica en la ría la convierte en un punto perfecto para explorar tanto su casco histórico como las maravillas que se encuentran en sus alrededores.
Visitar Noia es sumergirse en siglos de historia: desde sus calles empedradas, que conservan la esencia medieval, hasta sus molinos de agua y miradores que ofrecen vistas espectaculares de la ría. Los amantes de la naturaleza encontrarán en los alrededores de Noia montañas, rutas de senderismo y cascadas escondidas, todo rodeado de una vegetación exuberante. Además, su puerto pesquero y sus playas invitan a disfrutar del mar y de la gastronomía local, basada en los frescos productos del Atlántico.

1. Iglesia de Santa María A Nova y Museo de Laudas:
La Iglesia de Santa María A Nova, ubicada en el corazón de Noia, es uno de los ejemplos más importantes del gótico marinero gallego, una variante arquitectónica que refleja la estrecha relación entre la ciudad y el mar. Construida en 1325, esta iglesia ha sido testigo del paso de los siglos, y aunque su exterior es sobrio, su interior alberga uno de los tesoros históricos más importantes de Galicia: el Museo de Laudas Gremiales.
El museo reúne más de 500 laudas sepulcrales, losas talladas que pertenecían a diferentes gremios medievales como los carpinteros, zapateros, y sobre todo, marineros. Cada lauda es una obra de arte única, grabada con símbolos que representaban el oficio del fallecido, lo que las convierte en un testimonio excepcional del pasado de Noia. Las laudas no solo nos hablan de la vida laboral, sino también de la estructura social y las creencias religiosas de la época. El recorrido por el museo ofrece una visión fascinante de la historia local, y la iglesia misma, con su techo abovedado y su estructura sólida, nos transporta a un tiempo en el que el mar era tanto un medio de vida como una amenaza constante.
2. Ponte Nafonso:
La historia del Ponte Nafonso está íntimamente ligada a la vida comercial y social de Noia, pues este puente fue una vía de comunicación esencial durante siglos. A lo largo de la historia, ha sido testigo de incontables momentos, desde las rutas comerciales hasta las migraciones de poblaciones. Su belleza radica no solo en su impresionante arquitectura, sino también en el entorno natural que lo rodea. El río Tambre fluye serenamente bajo sus arcos, creando una atmósfera pacífica y ofreciendo unas vistas que invitan a la contemplación. Actualmente, el Ponte Nafonso es un lugar que atrae tanto a historiadores como a turistas que desean disfrutar de su paisaje y captar en fotografías su imponente figura. Es un símbolo de resistencia y de la unión entre el hombre y la naturaleza, que sigue siendo tan relevante hoy como lo fue hace siglos.
3. Castro y Mirador de San Lois:
El Castro de San Lois es una parada obligatoria para los amantes de la historia y la naturaleza. Este asentamiento celta, ubicado en un lugar estratégico sobre una colina, ofrece una impresionante vista panorámica de la Ría de Muros e Noia. Aunque los restos arqueológicos del castro están algo erosionados por el tiempo, es fácil imaginar cómo los antiguos pobladores aprovecharon la ubicación para controlar las rutas marítimas y protegerse de posibles invasores.
La experiencia de visitar el Castro de San Lois no se limita a los restos arqueológicos. El mirador en la cima de la colina ofrece una de las mejores vistas de toda la comarca.
4. Ruta de las Fábricas de Papel:
La Ruta de las Fábricas de Papel es uno de los senderos más fascinantes de la comarca de Noia. Este recorrido sigue el curso del río Vilacoba, un río que durante el siglo XIX fue el corazón de la industria papelera de la región. A lo largo de esta ruta, los visitantes pueden explorar las ruinas de antiguas fábricas de papel, algunas de las cuales aún conservan partes de su estructura original, como chimeneas, muros y vestigios de maquinaria que una vez transformaron la vida en la comarca.
La ruta no solo es un testimonio del auge industrial de Noia, sino también un recorrido por un paisaje natural impresionante. Los frondosos bosques que rodean el río crean un ambiente fresco y tranquilo, ideal para los amantes del senderismo y la naturaleza. A lo largo del camino, los visitantes pueden detenerse en diferentes puntos de interés, como antiguos molinos de agua que formaban parte del sistema industrial de la zona.
5. Fervenza de Toxosoutos:
La Fervenza de Toxosoutos, también conocida como la Cascada de Toxosoutos, es uno de los lugares más impresionantes cerca de Noia, situada en el municipio vecino de Lousame. Este paraje natural, escondido entre un frondoso bosque, ofrece una combinación perfecta de tranquilidad y belleza. El agua cae desde una altura considerable, creando un espectáculo visual y sonoro en medio de una naturaleza virgen.
La cascada está rodeada por rutas de senderismo bien señalizadas, lo que la convierte en una visita obligada para los amantes de la naturaleza y el senderismo. A lo largo de las rutas, los visitantes también podrán descubrir los restos de un antiguo monasterio benedictino del siglo XII, lo que añade un componente histórico a la excursión.
6. Molinos de Brandia:
Los Molinos de Brandia son un conjunto de antiguos molinos de agua que se encuentran a lo largo del río Vilacoba. Durante siglos, estos molinos fueron fundamentales para la economía local, ya que se utilizaban para moler grano, aprovechando la energía del río. Aunque muchos de estos molinos están ahora en ruinas, algunos de ellos conservan elementos originales que permiten imaginar cómo funcionaban en su apogeo.
El entorno que rodea a los molinos es uno de los más hermosos de la región. Los frondosos bosques y el constante murmullo del río Vilacoba crean una atmósfera mágica que invita a la relajación y al disfrute de la naturaleza. Los visitantes pueden seguir una ruta de senderismo que los lleva a descubrir estos antiguos molinos, mientras disfrutan del paisaje. A lo largo del recorrido, es común encontrar pequeños puentes de piedra y antiguos canales que dirigían el agua hacia los molinos.
7. Molinos de Ponte Nafonso:
Los Molinos de Ponte Nafonso son un vestigio del pasado agrícola de Noia, situados a orillas del río Tambre. Estos antiguos molinos harineros se construyeron para aprovechar la fuerza del agua y convertir el grano en harina, un proceso que fue vital para la subsistencia de las comunidades locales durante siglos. Aunque hoy en día los molinos ya no están en funcionamiento, las estructuras que quedan permiten imaginar la actividad frenética que debió ocurrir en el pasado.
El entorno que rodea estos molinos es simplemente encantador. El Ponte Nafonso, un puente medieval que se extiende sobre el río, proporciona un telón de fondo impresionante. Los molinos y el puente, en conjunto, ofrecen un recorrido ideal para los amantes de la historia y la naturaleza, con caminos que siguen el curso del río a través de bosques densos y zonas de pasto. Caminar por esta zona permite una conexión profunda con la tradición agrícola e industrial de la región.
8. Mirador de San Lois:
El Mirador de San Lois, ubicado en lo alto de una pequeña colina, es un lugar ideal para disfrutar de una vista espectacular de la Ría de Muros e Noia. Desde este punto, se puede contemplar un panorama impresionante que combina mar, montañas y pequeñas aldeas dispersas por la costa. Lo que hace especial a este mirador no solo son las vistas, sino también su importancia histórica. Cerca del mirador se encuentran los restos de un antiguo castro celta, un asentamiento prehistórico que data de miles de años atrás.
A lo largo de los siglos, este lugar ha sido un punto estratégico, no solo por su valor defensivo para las antiguas comunidades celtas, sino también por su belleza natural. Hoy en día, el mirador es uno de los destinos favoritos tanto de los turistas como de los locales que buscan un lugar tranquilo para disfrutar de la naturaleza. El acceso es sencillo, lo que lo convierte en una parada accesible para todos los públicos.
9. Monte A Cova:
El Monte A Cova, aunque menos conocido que otros puntos de la región, es un espacio natural ideal para aquellos que buscan un entorno más aislado y tranquilo. Este monte, cubierto por una densa vegetación que incluye pinos, abedules y eucaliptos, es el escenario perfecto para una excursión relajada. El monte cuenta con diversas rutas de senderismo, lo que lo hace accesible tanto para caminantes experimentados como para aquellos que buscan una actividad más ligera.
La biodiversidad del monte es notable. En sus senderos es común avistar aves autóctonas, como el cernícalo o el milano, así como pequeños mamíferos que habitan entre los árboles. Al llegar a la cima, los visitantes son recompensados con una vista impresionante de la comarca de Noia y de la ría. Es un lugar ideal para hacer una pausa, respirar aire puro y disfrutar de la calma que ofrece la naturaleza gallega.
10. Iglesia de San Martiño:
La Iglesia de San Martiño es uno de los monumentos religiosos más antiguos y destacados de Noia. Su construcción, que data de los siglos XII y XIV, la convierte en uno de los ejemplos más importantes de la arquitectura románica y gótica en Galicia. La iglesia se encuentra en pleno casco histórico de Noia, y su fachada, con un impresionante rosetón, es uno de los elementos más reconocibles del templo. El edificio también destaca por sus robustos contrafuertes y detalles tallados que reflejan la influencia del gótico marinero.
El interior de la iglesia es igualmente impresionante. Los visitantes pueden admirar varias capillas y elementos decorativos de gran valor histórico, incluyendo esculturas y frescos que datan de diferentes épocas.
11. Cruceiro de Argalo:
El Cruceiro de Argalo es uno de los monumentos religiosos más antiguos y simbólicos de la comarca de Noia. Situado en el lugar de Argalo, este cruceiro destaca por su tamaño y por las detalladas tallas que decoran su estructura de piedra. Los cruceiros son un elemento esencial del paisaje gallego, representando la protección divina sobre los caminos y los viajeros, y el de Argalo es especialmente impresionante por la calidad artística de sus relieves.
Este cruceiro está rodeado de un entorno rural tranquilo, ideal para quienes disfrutan de la calma de las pequeñas aldeas gallegas. Además, el lugar tiene una gran carga histórica, ya que en Argalo también nació Francisco Añón, uno de los poetas más importantes del renacimiento gallego en el siglo XIX.
12. Porto de Freixo:
El Porto de Freixo es un pequeño puerto pesquero que conserva todo el encanto de las tradicionales aldeas marineras gallegas. Ubicado en una de las rías más tranquilas de Galicia, el puerto es un lugar perfecto para observar la vida cotidiana de los pescadores locales, que aún practican la pesca artesanal y la recolección de mariscos como antaño. El Porto de Freixo destaca por su autenticidad, alejado de las grandes aglomeraciones turísticas, lo que lo convierte en un lugar ideal para aquellos que buscan una experiencia genuina.
Pasear por el puerto permite disfrutar de la brisa marina y de las vistas a la ría, con pequeñas embarcaciones ancladas y redes tendidas para secarse al sol.
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